Si te vas,
Hazlo con la frente alta.
Que la dignidad oree tu mirada.
Vete con los ojos azulados de orgullo
Y rojos de insolencia
Mientras presumes del intemporal valor de los tártaros.
Si te vas,
No escondas tu soberbia
Tras los vidrios de los espejos.
Persigue el sable del coronel
Y otea la ciudad perdida
Tras las lonas de las quimeras.
Si te vas,
Acuérdate de lo que un día te escribí.
Bebe la vida más allá de las trincheras
Y crécete ante las miserias de los que aúllan.
Si te vas,
Escríbeme con pluma sobre piel de tambor
Y recuérdame en tu leyenda algún día.
(La ciudad que hay en mí)
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